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Alberto sobre las comunicaciones: a continuación, la desgrabación de sus principales conceptos

  • Con la pandemia, las cuarentenas ligadas a la pandemia, estamos aprendiendo una cantidad de cosas y estamos advirtiendo o verificando informaciones que ya teníamos. Es decir, estamos entendiendo aspectos de la realidad social y económica que ya presumíamos, sobre los que sabíamos mucho, pero que quizá no hubiéramos advertido de manera tan contundente.
  • Entre esas dimensiones de la realidad está el papel de las telecomunicaciones. No nos estamos refiriendo solamente al papel que cumple la televisión o la radio, que son actividades clásicas o ya antiguas de las telecomunicaciones. Vamos más allá: el papel que cumplen las redes digitales, para ver películas, transmitir datos, para trabajar. Se descubrió, y ahora se intenta regular, el teletrabajo. El mundo de las redes digitales, la transmisión de datos satelitales y su papel en la economía, en los movimientos de dinero, en la producción.
  • Todo esto lo sabíamos. Se viene escribiendo desde hace mucho. Pero la pandemia lo puso muy en evidencia. Tenemos una experiencia fáctica de lo que significa para la economía el mundo de las telecomunicaciones. O de lo que significa esta nueva economía, que es la economía de la información.
  • Sobre este universo acaba de realizar un avance muy importante el Estado a raíz de un decreto que suscribió el Gobierno, el presidente Alberto Fernández, con todos sus ministros, es decir, un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU). Es un decreto breve que establece un cambio que es que todo aquello que tiene que ver con las telecomunicaciones (televisión por cable, internet, telefonía celular y fija) se transforma en un servicio público. Esto quiere decir que el Estado tiene ahora sobre estos mercados, sobre estas actividades mucha mayor influencia. Puede condicionarlos, regularlos mucho más que antes. Y, además, esta influencia creciente modifica la ecuación del negocio, porque al transformarse un servicio en servicio público, y depender por lo tanto mucho más de la regulación del Estado, el precio que se fija por oferta y demanda pasa a ser una tarifa. No necesariamente la fija el Estado, pero sí debe ser autorizada por él. Y esto cambia notablemente todas las condiciones del negocio de las telecomunicaciones y, por lo tanto, significa un cambio fenomenal en la lógica de la economía argentina.
  • Hay actividades que son estratégicas, por ejemplo, la energía, que no es un negocio más. Es un negocio que determina otros negocios. Bueno, las telecomunicaciones están en este orden de cosas. Este cambio es importante no solamente por su significado económico, sino por su significado político. Obviamente, Alberto Fernández no lo va a admitir en estos términos. Pero él interpreta que tocando la regulación de las telecomunicaciones, está tocando a la industria telefónica. Y, haciendo eso, también toca a una industria que se ha integrado con la telefonía, que es internet y la TV por cable. Si dice “telefonía, internet y cable” está hablando de Clarín.
  • Se repone, entonces, un conflicto entre el kirchnerismo y el Grupo Clarín. Conflicto que Fernández venía a resolver, por lo que dijo en la campaña, y por lo que fueron sus relaciones históricas con los medios de comunicación. Aparentemente esta era la promesa tácita que él le había realizado al peronismo y a Cristina Kirchner. Bueno, esa resolución o fue imposible o no está en su vocación hacerla. O el Gobierno, la política, entraron en una dinámica que hace que el kirchnerismo piense otra vez que su contrincante no es un partido político, sino que es un medio de comunicación. O los medios de comunicación críticos.
Fuente: Archivo
  • Esto es así porque es incomprensible este decreto, que se estuvo conversando desde hace más de una semana dentro del oficialismo, sin la manifestación del 17 de agosto. El Gobierno cree que las manifestaciones, que tienen que ver con el malestar de una parte de la sociedad con determinados comportamientos institucionales del kirchnerismo, con la reforma de la Justicia, con todo lo que se está haciendo en materia de Justicia, con el malestar por una forma de administrar la pandemia ligada a una cuarentena muy rigurosa y, por lo tanto, a una recesión muy dramática, para el Gobierno, todo esto, las críticas, las movilizaciones, las protestas, son en realidad generadas, no reveladas o publicadas, generadas por los medios. Y, sobre todo, por el Grupo Clarín. Fernández cree, como creía Cristina durante su gobierno, que detrás de estos problemas que tiene con la sociedad están los medios y que serían problemas que él no tendría si no fuera porque los medios los generan. No los publican o los informan.
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