Limpieza energética con sahumerio: qué aroma hay que elegir
La utilización de sahumerios o inciensos es una práctica espiritual muy antigua. En Egipto las clases altas encendían sahumerios para aromatizar la casa y darle ofrenda a Dios. En la actualidad también es una forma de poder limpiar las energías de la casa.
Esta tradición fue trascendiendo con el pasar de los años, ya que hay personas que al utilizarlos sienten un cambio de ánimo y energía. Encender un sahumerio puede ser utilizado para prácticas de relajación, meditación, concentración o para purificar un ambiente.
Los inciensos emiten vibraciones o un tipo de energía específico relacionado con la aromaterapia y con la creencia de que los olores pueden generar un impacto en el estado de ánimo de uno. Para esto hay determinados aromas que pueden influir en las emociones o sentimientos.
Los efectos de los sahumerios no son iguales en todas las personas. Las reacciones son individuales y varían según las creencias y percepciones de cada individuo.
Algunas personas pueden llegar a sentir calma y serenidad al quemar sahumerios, mientras que hay personas que no sienten nada. Los sahumerios pueden generar ambientes relajantes y agradables, pero no hay una evidencia científica clara al respecto, sino solo experiencias individuales.
Cómo elegir el sahumerio correcto
Elegir un aroma adecuado depende en realidad de cada persona. Hay quienes realizan sus propios inciensos mezclando distintas hierbas de su preferencia.
Para poder elegir la preferencia de los sahumerios, se puede experimentar en una tienda de aromaterapia o perfumería y sentir los olores. También se recomienda saber qué objetivos o necesidades tiene uno y en base a eso determinar el aroma conveniente.
Los aromas de sahumerio
Cítricos: están relacionados con las frutas, se destacan por ser frescos, energizantes y están asociados con la vitalidad y el buen humor.
Florales: como el jazmín, rosa y lavanda, entre otros. Tienen un aroma suave y romántico, asociados a la relajación y el bienestar.
Amaderados: aromas como sándalo, cedro, pachulí y vetiver. Se destacan por ser cálidos y terrosos, relacionados con la calma, la estabilidad y la espiritualidad.
Especiados: se destaca la canela, el clavo de olor, la nuez moscada y el jengibre. Son aromas cálidos, picantes, asociados con la comodidad, la sensualidad y la energía estimulante.
Herbales: aromas como la menta, romero, tomillo y eucalipto, se destacan por ser frescos y estar asociados con la claridad mental, la concentración y la revitalización.
Frutales: como la manzana, durazno, piña, frutilla y coco, son dulces y evocan sensaciones de alegría, frescura y vitalidad.