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“Dios nos puso en ese lugar”, dijo el intendente entrerriano que rescató a conductor de morir ahogado

Un grave accidente vial ocurrió en la Ruta Nacional Nº168, a la altura del puente sobre el arroyo Las Tunas, en jurisdicción de la localidad de Colonia Avellaneda (departamento Paraná) en la tarde de este miércoles, luego de que un auto se precipitara al vacío desde una altura aproximada de cinco metros y cayera al arroyo.

 

Dentro del interior del vehículo se encontraba un conductor de 70 años oriundo de Santa Fe, quien fue rescatado por dos personas que casualmente transitaban por el lugar. Se trata de Gerardo Chapino, intendente de Federal y ex bombero voluntario que ejerció durante ocho años; y Laurentino López Candioti, rescatista, ingeniero agrónomo y gerente de una conocida agropecuaria familiar entrerriana.

 

En diálogo con Gerardo Chapino brindó detalles sobre la odisea del rescate y destacó la casualidad de que ambas personas con conocimientos en rescate justo pasaran por el lugar al momento indicado. “Dios nos puso ahí”, expresó recordando aún con asombro.

El rescate

 

“El miércoles a la tarde me iba a Paraná a ver a mi mamá que está internada. Eran como las 17 horas cuando iba por el acceso norte de Paraná por donde pasa un arroyo que, en ese momento, tenía un caudal mucho más fluido de lo habitual porque había llovido unos 80 mm en esa zona”, comenzó contextualizando Gerardo.

 

“En ese momento vi que a unos 150 metros delante de mí había un vehículo estacionado contra el guardarrail del arroyo y también paró una camioneta de la cual se bajó un hombre y empezó a hacer gestos como que mostraba que había algo en el arroyo”, continuó.

 

Tras aminorar la marcha y poner balizas, el ex bombero detuvo su vehículo y notó que había algo en el arroyo. Por costumbre, especialmente teniendo en cuenta que antes de ser intendente de Federal, Gerardo había sido bombero voluntario por ochos años en dicha ciudad, el ex bombero voluntario abrió el baúl de su auto y tomó sus herramientas.

 

“En el baúl de la camioneta tengo un cajón de herramientas”, dijo entre risas, al recalcar que no era solo una caja de herramientas. “Tengo herramientas de mano, pinzas para hacer puentes de batería, lingas, una mochila-botiquín bastante equipada, hacha de mano, un machete, sogas”, enumeró. “Tengo de todo un poco para tener todo a mano en caso de emergencia”, resumió Gerardo.

 

Entre que estacionó su vehículo, tomó unas lingas y su machete, y fue corriendo hacia el arroyo, que estaba a unos 80 metros, pasaron apenas unos segundos. “Fue todo muy rápido”, comentó al respecto.

 

“Cuando llegué, estaba la persona que me había hecho señas. Era un muchacho, un rescatista; se llama Laurentino López Candioti, es el presidente de Junta de Gobierno de Espinillos también”, dijo Gerardo, presentando al otro héroe de la historia.

“No lo dudamos y bajamos la barranca. Nos tiramos al agua a donde estaba el auto que tenía sus ruedas hacia el cielo. En ese momento pensé que el conductor se estaba ahogando porque en algunas parte nos llegaba el agua hasta la cintura y, en otras, hasta el pecho, era un suelo muy desparejo”, detalló Gerardo sobre la odisea.

 

“No se veía nada para adentro del vehículo, que era una Chevrolet Tracker, por la turbulencia del agua además de los vidrios polarizados. Así que entre los dos sacamos fuerzas de no sé dónde y dimos vuelta el vehículo, quedando apoyado sobre uno de sus laterales”, expresó con energía.

 

En ese momento, Gerardo tomó su machete y abrió el parabrisas que si bien estaba estallado el laminado permitió que los fragmentos se quedaran en su lugar. Una vez abierto el parabrisas, “vimos al conductor, vimos que respiraba aunque estaba inconsciente y atado con su cinturón que seguía abrochado”. “Ahí pudimos forzar y abrir una puerta atándola con una eslinga que había llevado”

 

Aunque ambos sabían y reconocieron que lo ideal siempre es esperar a que acuda personal “con un chaleco de extricación, un tablero espinal y un collarete para poder inmovilizar a la víctima”, en ese momento debieron tomar una rápida decisión porque “no sabíamos si el auto iba a seguir resistiendo la correntada ni sabíamos si el estado del hombre iba a seguir soportando la situación, o si podía ahogarse”.

 

“Hubo muchos factores que no nos daban seguridad”, justificó, por lo que decidieron cortar el cinturón, retirar al hombre del vehículo y llevarlo hasta la orilla. Pasados unos 10 o 20 minutos, “llegó Bomberos Voluntarios, lo pusimos en una tabla asegurado y entre todos lo subimos; era una barranca muy empinada e incluso un bombero me pidió el machete para cortar la vegetación porque había mucha”, detalló el ex bombero voluntario.

 

“Justo coincidió que Laurentino y yo, los dos, pasábamos por el lugar y teníamos conocimiento de lo que mediamente se debía hacer en una situación así. Nos tocó estar ahí, Dios nos puso en ese lugar. Uno lo hace porque le nace hacerlo, y lo voy a seguir haciendo las veces que haga falta”, expresó. “Todos podemos ser rescatistas, y también está bueno capacitarse para serlo”, concluyó Gerardo Chapino, ex bombero voluntario y actual intendente de Federal.

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