POLICIALES

Femicidio de Belén Olotte: “La golpeaba” y “la tenía amenazada”, confesó el papá durante la masiva marcha

La comunidad de Viale y vecinos de otras localidades de Paraná campaña, participaron en la tarde de este lunes en una masiva marcha que recorrió las principales arterias de esta ciudad. Se leyó un documento donde se exigió el esclarecimiento del femicidio de María Belén Olotte.

Compañeros del instituto donde la víctima estudiaba enseñanza primaria, convocaron a la población con el fin de recordar a la joven de 25 años, que el sábado a la noche fue asesinada en María Grande.

Por el hecho se encuentra acusado su expareja, Gustavo Rochi. El hombre de 42 años, se intentó quitar la vida, por lo que debió ser internado en el hospital “San Martín” de Paraná, con graves lesiones en la garganta.

La palabra del papá

Ramón Olotte es el papá de la joven que fue asesinada por su ex pareja. Este lunes participó junto a su esposa, en la movilización en Estación Sosa. Dio detalles sobre la conflictiva relación de Rochi y su hija.

Olotte agradeció las muestras de acompañamiento. Aseguró: “No se imaginan lo que siento, nos arrebataron parte de nuestras vidas. Me arrebataron mi hijita, lo único que me queda es pedir Justicia, que no quede impune, que pague. Él le quitó la vida, este asesino fue”.

El hombre detalló que sabía de la relación “conflictiva” que tenía su hija con el autor del femicidio, agregando que “ya había tenido problemas con él, a mi hija la golpeaba”.

“La tenía amenazada, no quería que estudie”

“En una ocasión, fui a una fiesta a María Grande. Ella estaba con él ese día. Mi hija me llamó como a las 3 de la mañana y me dijo ‘pa, cuando vos pases, búscame porque discutí con Gusti’, me voy para tu casa. Cuando pasé la estaba golpeando, le había roto la ropa, le había roto el teléfono, la había estropeado entera. Hay una denuncia y la policía sabe de eso”, relató el hombre.

Asimismo, detalló que él le decía a su hija “que no fuera más a la casa de ese tipo”, pero Gustavo Rochi “buscaba lo más débil de ella, para que volviera. Para mí, la tenía amenazada”. Precisó que la relación de víctima y victimario “duró unos seis años”.

“La mamá de Belén le dijo que no fuera”

“Hace como un mes la trajimos para casa, porque yo preveía que podía terminar en esto. Era un tipo celoso, violento. No quería que estudie, ella había empezado a estudiar en Viale y él no quería que fuera. Nos preguntó a nosotros y le dijimos ‘m’ija, usted debe estudiar por su bien, estudie. Le estábamos pagando la traffic (para que viaje a la localidad vecina a estudiar), para que tuviera un porvenir”, contó Ramón.

Rochi y María Belén “alquilaban juntos en María Grande. Hace un mes que ella se vino y él se quedó solo en María Grande. El sábado la llamó por una transacción bancaria que tenía que hacerle a la señora que le alquilaba. La mamá (de Belén) le dijo que no fuera. Ella le dijo que iba a ir porque estaba ‘todo bien’. Estuvo con él, a las 17:40 más o menos la llamó a la madre y le dijo ‘aprontá el mate que ya voy’”. La chica nunca llegó a su pueblo, porque la vida le fue arrebatada por la persona con la que mantuvo una relación de unos seis años.

“Pido que se haga justicia, que no quede impune”

“Fueron al banco a hacer la transferencia de dinero. Ella hubiese podido esperar el colectivo en la terminal, no sé de qué manera la habrá manipulado y la trajo por una calle camino hacia una garita que sale a la escuela Nº 180. Venían caminando, hay una testigo que vio que iban de la mano. Y cuando llegaron al descampado, dice que él, de atrás, la mató, le pegó como a un perro”, agregó respecto del aberrante hecho que terminó con la vida de su hija.

Ramón Olotte pidió: “Quiero Justicia, que pague, que no lo larguen. Que no pase lo de siempre, que los asesinos matan y salen. Todos los días matan a una mujer. Nunca pensé que iba a estar en este lugar como padre. Y no se lo deseo ni a mi peor enemigo, que le pase esto: no se puede expresar en palabras lo que se siente. Nos destrozó la familia”.

La concentración frente a escuela “Normal”

Se llevó a cabo este lunes una concentración frente a la escuela “Normal” de Viale, donde cursaba el primer año del Profesorado de Educación Primaria. En el lugar se dio lectura a una carta, que a continuación se reproduce:

Frente a escuela

Frente a escuela “Normal” hubo un concentración. Allí estudiaba la joven asesinada.

Dolor. Angustia. Tristeza. Enojo. Impotencia. Sentimientos que se entrelazan y nos dejan un nudo en el estómago difícil de digerir. Muchas preguntas sin respuesta, mucho por compartir que ya no se va a dar. Todo eso nos deja la partida tan injusta de Belén.

Belén era una de esas personas que no pasan desapercibidas, siempre la sonrisa, siempre esas ganas de estudiar y superarse, siempre la decisión firme de estudiar y recibirse de seña. El viernes fue el último día que compartimos con ella, quién se iba a imaginar que al día siguiente ya no estaría con nosotros. Ver, a partir de ahora, su silla vacía ahonda el dolor que nos deja a el 1er año del Profesorado de Primaria de la Escuela Normal Superior de Viale

El primer paso para resolver un problema, es reconocer que ese problema existe, mirarlo de frente y darle batalla. Hoy estamos ad para hacer visible ante la comunidad local que la violencia contra las mujeres existe, aquí y ahora. El tipo de violencia que nos arrebató a Belén. Pero no solo contra las mujeres, muchos niños y ancianos también padecen día a día el maltrato verbal, físico y psicológico que va destruyendo gradual, pero sistemáticamente las emociones, el autoestima, las ganas de vivir y de superarse.

Como sociedad necesitamos instituciones que funcionen eficaz y eficientemente a la hora de aplicar las leyes, necesitamos instituciones que sean capaces de otorgar asilo y sostén a aquellas mujeres que se animan a salir de ese círculo de maldad, instituciones que contengan a los niños y niñas que son víctimas también cuando su papá agrede a su mamá, instituciones que no sean obsecuentes a ningún color político ni amigos del poder, instituciones transparentes que se dediquen diligentemente a resolver el flagelo de la violencia que nos aterra, nos paraliza, nos desmoraliza y nos abandona a nuestra suerte. Cada uno de nosotros hace su reclamo desde muy adentro, y esto es lo que expresamos como compañeros de Belén:

Somos el grito de las que ya no tienen voz

No quiero sentirme valiente cuando salga a la calle, quiero sentirme libre

La violencia deja marcas, no verlas, deja femicidios

Paren de matarnos, déjennos vivir y ser felices

Desde nuestro lugar queremos agradecer a quienes se han sumado hoy, a los directivos, docentes y estudiantes de todas las carreras de la Escuela Normal, a la comunidad de Viale y queremos también, humildemente, acompañar en el dolor a la familia de Belén y sus seres queridos.

Por Belén, por las que ya no están, y por cada una de aquellas que todavía tienen la oportunidad de salir

BASTA

1er año del Profesorado de Educación Primaria de la ENSW.

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