Comenzó esta semana el juicio contra Luis Mazurier por la causa CODESAL
El Ministerio Público Fiscal le adjudica -a Mazurier- la autoría material de delitos tales como “peculado”, “administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública”, “omisión de deberes de funcionario público” y “abuso de autoridad”.
Según pudo averiguar El Entre Ríos, en el primer encuentro del juicio se llevaron a cabo los alegatos de apertura, el fiscal explicó la acusación y la defensa planteó sus hipótesis y los argumentos con los que pretenden probar la inocencia de Mazurier.
Además, les ofrecieron a los imputados la posibilidad de declarar. Mazurier, Villanueva y Mengeón optaron por no hacerlo y dijeron que más adelante lo harán.
En cambio las contadoras Teresita Bordón y Florencia Lauría sí hablaron y explicaron en qué consistía su actividad. Rechazaron la imputación, diciendo que dieron cabal cumplimiento a lo que se les pedía, que era rendir cuenta solo sobre las partidas de dinero remitidas por el gobierno provincial y no de otros ingresos.
Desde este martes 26 pasarán a prestar declaración 7 testigos por día, según acordaron las partes.
En la lista de quienes prestarán testimonio hay varios nombres conocidos, entre ellos aparecen el actual gobernador, Gustavo Bordet y el ex Sergio Daniel Urribarri. También figuran el Ministro de Economía, Hugo Alberto Ballay; el Senador Nacional Edgardo Kueider, el Fiscal de Estado Julio Rodríguez Signes; el expresidente de la Delegación Argentina ante la CTM, Juan Carlos Chagas; los exdelegados en Salto Grande, Néstor Berterame y Enrique Stola; el sucesor de Mazurier al frente de la CODESAL, José Carlos Ostrosky; el abogado Enrique Oscar Bacigaluppe y la funcionaria de CTM, Sara Inés Chapado.
Los hechos por los que acusan a Mazurier
El Ministerio Público Fiscal asegura haber reunido pruebas contundentes que demuestran que Luis Mazurier se apoderaba del dinero que se cobraba por canon de ingreso de vehículos, embarcaciones, instalación de carpas, alquiler de parrillas, alquiler de cabañas, alquiler de servicio de Directv y otros emolumentos en “La Tortuga Alegre”, en el Complejo Termal Perilago de Salto Grande y en el Camping Las Palmeras, Península Gregorio Soler y Balneario Punta Viracho.
También se lo acusa por haber incumplido con la obligación de inscribir en la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) a la Corporación del Desarrollo de Salto Grande (CO.DE.SAL).
Por último, basándose en testimonios de empleados del HOTEL AYUI y del ex Gerente, Enrique Oscar Bacigaluppe, Fiscalía asegura que Mazurier es su verdadero dueño y su administrador, realidad ocultada mediante la utilización de prestanombres, como Alejandra Isabel Cáceres, ahijada de Mazurier, y Alberto Jesús Villanueva, a quien varios testigos identifican como hijo Mazurier.
En resumen, lo que fiscalía procurará demostrar durante el debate oral y público es que Luis Mazurier se apropió del dinero que ingresaba a las arcas de la CODESAL por la explotación de diversos complejos bajo su administración, a la par que pergeñó una maniobra fraudulenta que le permitió quedarse con el Hotel Ayuí, apelando a testaferros.
El juicio oral que empezó este lunes es la culminación de un interminable recorrido, que comenzó el 18 de octubre de 2010 con la apertura de causa, oportunidad en que el entonces fiscal Aníbal Lafourcade dio los primeros pasos de la investigación. A posteriori, una vez que fuera designado juez, tomó la posta el Fiscal José Arias. El 1 de noviembre de 2019, fue elevado el pedido formal de remisión a juicio, en el que la fiscalía solicita para Mazurier la pena de “más de 10 años de prisión” y las inhabilitaciones que correspondan.
Respuesta
Si bien Mazurier optó por no hablar en la sede de tribunales, si lo hizo a través de una publicación a través del diario El Sol, donde afirmó estaba en el banquillo de los acusados “por una cantidad de delitos que jamás cometí, pero debo demostrarlo ante los jueces”.
A continuación, la transcripción textual de dicha publicación.
Cero es Cero
En el Lawfare, la guerra jurídica es también mediática. Si usted es lector de esta columna, sabrá que estoy sentado en el banquillo de los acusados por una cantidad de delitos que jamás cometí pero debo demostrarlo ante los jueces.
El teatro de operaciones, es la sala penal de la Excma. Cámara Penal de Concordia, integrada por tres jueces que me causan la impresión de que fallarán haciendo justicia.
Tenemos un fiscal que inventa hechos y que ha renunciado a realizar su función de asegurar la legalidad para acusarme sin fundamento alguno, lo dejo expresado en mi libro “La Codesal un Proyecto de Desarrollo e Integración” que salió ayer del horno y centro en un caso emblemático que repitió ayer el fiscal ante el tribunal en su largo alegato de apertura de su teoría del caso: las batas, sillas, comidas rápidas y entradas que se cobraban por el concesionario de Las Palmeras, de apellido De los Santos.
Resulta que este buen hombre declara ante el fiscal diciendo que poco me conoce, que prácticamente no he ido nunca al camping Palmeras (en el perilago de Salto Grande) aunque advierte que, antes de llamar a licitación pública, el lugar, estuve conversando con él, todo lo que su esposa ratifica, como que participó de la licitación que se hizo en la CAFESG, que la ganó y que pago algunos meses depositando el dinero en cuenta corriente del banco a orden de la CODESAL.
Sin embargo, el fiscal trastoca esas declaraciones en imputaciones de que me quedaba con el dinero proveniente de la venta de las comidas rápidas (el sándwich y la coca) y como si tuviera rayos “X” hubiera visto cuando De lo Santos me entregaba el producto de esas ventas, lo que yo utilizaba para enriquecerme a costa de su esfuerzo.
Tal vez, en un sueño de una noche de verano, o en el éxtasis de ansiedad no reprimida, que a veces causa algunos problemas mentales y ojeras, haya soñado o visualizado medio dormido situaciones irreales que lo llevaron a inventar un caso inexistente, lo contrario a lo que tenía por declarado y cierto porque si hubiera considerado que el matrimonio estaba mintiendo tenía la posibilidad inmediata de procesarlos por falso testimonio, les creyó.
¿ Por qué me procesa entonces ?. La sicología dice que los mitómanos inventan historias que no tienen base real, pero que ellos creen que son verdaderas. Estos trastornos, que se clasifican en varios tipos dependiendo de la motivación para mentir, encuentra en mi contendiente en el primer tipo: miente para obtener reconocimiento y para gratificarse a sí mismo.
Lo que no sabía, es que era corresponsal de guerra. No habiendo ningún periodista en la sala, en algún portal se publica una crónica de acuerdo a su versión, tal vez, podría dedicarse al periodismo, los que ejercemos el oficio, a veces, debemos ficcionar situaciones que en la justicia no se permiten pues 0, no puede ser 2., es cero. Y en el caso, por más que invente, sus historias son eso “O”.