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Alerta en las FFAA: el 70% de los jóvenes que buscaron ser soldados voluntarios fueron rechazados en el examen psicofísico

Se estima que, de cada tres aspirantes que se presentan en el Ejército, solo uno es aceptado. Tienen problemas con drogas y un bajo nivel educativo
En una dura radiografía del deterioro económico y social que transita la Argentina en estos momentos, el Ministerio de Defensa alertó en los últimos días sobre un tema de elevada preocupación en las Fuerzas Armadas con un dato concreto: el 70% de los jóvenes que quisieron ingresar en el último año al Ejército como soldados voluntarios fueron rechazados en los exámenes psicofísicos por presentar problemas de drogas o por tener bajos niveles educativos.

Según datos recientes del Ministerio de Defensa sobre la incorporación de soldados voluntarios que hace el Ejército, a los que pudo acceder Infobae, se estima que de cada tres jóvenes de entre 18 y 24 años que quieren ingresar en las filas militares como una salida laboral o por vocación, sólo uno puede entrar sin inconvenientes. El año pasado se presentaron como postulantes en todo el país 7.000 jóvenes para ser soldados voluntarios y sólo el 30% pudo ingresar.

“Es lamentable decirlo pero muchos jóvenes están quemados por las drogas o directamente no saben leer ni escribir. Esto es parte de la realidad de la Argentina”, explicó un funcionario del área castrense en base a los informes que el Ministerio de Defensa recibe del Ejército.

Actualmente existen unos 19.000 soldados voluntarios en la Argentina. Forman parte del régimen creado desde el año 1994 en reemplazo al anterior sistema de Servicio Militar Obligatorio. La principal ventaja que presenta este sistema de incorporación, es que el soldado voluntario puede tener una permanencia dentro de la Fuerza de hasta diez años, donde desempeña variadas funciones, según sus capacidades y aptitudes personales.

El problema es que la gran mayoría de los que buscan esta salida laboral no logran ni siquiera superar los exámenes psicofísicos. Por ejemplo, en el 2018 de los 1.800 jóvenes que se presentaron en Campo de Mayo para la revisación médica y psicológica, sólo 360 fueron aceptados. Al resto se los debió rechazar por presentar varios problemas: intoxicación en el cuerpo por drogas, problemas de lectura y escritura, tatuajes que impiden la donación de sangre y otro tipo de inconvenientes psicofísicos.

Esta tendencia se reiteró y se agravó en los primeros meses de este año. De los 600 jóvenes que se presentaron en Campo de Mayo para ingresar como soldados voluntarios en el Ejército hasta ahora, sólo 40 pudieron sortear el examen psicofísico. En todos los casos se reiteraban problemas de adicciones y retrasos educativos severos que impedían a las Fuerzas Armadas darles el apto.
Un destacado funcionario de las Fuerzas Armadas explicó a Infobae que la mayoría de los rechazos afectan a jóvenes que viven en el conurbano bonaerense mientras que los del interior del país no presentan estos problemas en su gran mayoría. En los exámenes toxicológicos fueron detectadas sustancias tóxicas que databan de más de 60 días en el organismo.

“No podemos incorporar a una persona en condiciones de adicción o con problemas de lectura si va a manejar un arma o tendrá la responsabilidad de cuidar de la sociedad. En esto tenemos tolerancia cero”, explicó otro funcionario de Defensa que sigue de cerca los exámenes que realiza el Ejército.

En rigor, muchos de estos soldados voluntarios también realizan tareas del Ejército de ayuda o asistencia social en casos de catástrofes. Recientemente hubo operativos realizados por soldados voluntarios en la zona norte del país y en el litoral ante problemas de inundaciones.

Los ciudadanos que se acercan al Ejército para sumarse como voluntarios lo hacen en gran medida por un tema económico: cobran unos 17.000 pesos mensuales y tienen cobertura social. En sus primeras semanas dentro del Ejército pasan por un período de instrucción básica como soldado individual, aprenden técnicas y tácticas para el ámbito castrense dentro de cada unidad y pueden desempeñarse como soldados hasta los 28 años, que es cuando indefectiblemente deberán dejar la Fuerza.

No obstante, los ingresantes luego pueden decidir continuar en el Ejército más allá de la edad en la carrera de suboficial en la Escuela de Suboficiales del Ejército “Sargento Cabral” o de oficial, en el Colegio Militar de la Nación.

La semana pasada el Ejército lanzó una nueva convocatoria a inscripción para soldados voluntarios. Lo hicieron para las provincias de Buenos Aires, Chaco, Misiones, Córdoba, Jujuy y Salta.

Entre los requisitos que se les exigen figura: ser ciudadano/a argentino/a nativo/a, por opción o naturalizado; tener entre 18 y 24 años al momento de la incorporación; ser soltero/a, pudiendo tener hijos y/o personas legalmente a cargo; tener estudios primarios aprobados; presentar certificado de antecedentes penales y poseer buenas condiciones físicas y de salud para lograr el apto psicofísico.

Fuente: INFOBAE

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