El precio de las naftas en constante suba en el interior del país.
En los lugares más lejanos de la Ciudad de Buenos Aires, donde la competencia no existe o se restringe a unas pocas estaciones separadas por grandes distancias, los precios han comenzado a subir por encima de lo que indican los mayores costos logísticos.
El precio del litro de nafta premium ya alcanzó los 43,50 pesos en algunas localidades del interior del país, ampliándose así la dispersión que existe con los valores registrados en la Capital Federal donde YPF vende el litro de premium a 33,53 pesos y Shell a 34,99 pesos. La brecha en estos casos llega casi al 30 por ciento. En la nafta súper, donde el último aumento en la Ciudad de Buenos Aires fue menor, la dispersión de precios con algunas localidades del interior se amplía hasta un 44 por ciento.
Los 43,50 pesos por litro de nafta premium son abonados por los consumidores de Sauce, una ciudad correntina en la que viven unas 10.000 personas y se ubica unos 393 kilómetros al sur de la capital provincial. En la ciudad hay dos estaciones de servicio de “bandera blanca” (que no representan a ninguna petrolera en particular), pero ambas compran principalmente combustibles líquidos de YPF. El litro de nafta premium -el combustible más recomendado por las automotrices para los nuevos modelos que comercializan en el mercado- había cerrado junio en esa ciudad a 36,5 pesos, pero el 1 de julio subió a 38,5 pesos y cinco días después alcanzó los 43,5 pesos.
En las estaciones de servicio de la ciudad de Sauce el litro de nafta súper se ubica entre los 40 y 40,50 pesos, es decir, un 44 por ciento por encima de lo que pagan los porteños por el mismo producto en las estaciones de servicio YPF de la Capital Federal, donde el litro cotiza a 28,11 pesos.
El ministro de Energía, Javier Iguacel, aseguró el viernes que el mercado de los combustibles en la Argentina “está totalmente liberado” por lo que cada estación de servicio puede poner el precio que desee en sus surtidores, pero en los hechos eso no resulta tan sencillo para las empresas que solo refinan crudo porque los valores de referencia que fija la estatal YPF, que controla el 55 por ciento del mercado, operan como un ancla para el resto del sector.
El problema que tienen firmas como Shell y las estaciones independientes es que sube el precio que le piden por el crudo y no pueden trasladar ese valor al surtidor de manera automática porque si cobran mucho más que YPF pierden mercado. En este contexto, en los lugares más lejanos de la Ciudad de Buenos Aires, donde la competencia no existe o se restringe a unas pocas estaciones separadas por grandes distancias, los precios han comenzado a subir por encima de lo que indican los mayores costos logísticos que supone llevar el combustible hacia esas plazas. Así la dispersión con los valores que se manejan en la Ciudad de Buenos Aires se amplía.
En la estación de servicio con bandera de la petrolera Shell en la ciudad cordobesa de Río Cuarto, la nafta premium alcanzó los 39,45 pesos tras los incrementos de la última semana, mientras que la súper se ubica en los 33,78 pesos. En esa misma estación de servicio, el litro de fórmula diésel tiene un costo de 28,09 pesos y el V-Power (gasoil premium) llega a 34,78 pesos.