“Peluca” necesita goles
La gente corre de aquí para allá, quienes son clientes de estaciones de servicio Shell, hacían cola para cargar nafta un 15 % más cara y un 15 % más barata que en las YPF, hasta que -en pleno día- y sin aviso, Shell se plegó al “subamos todo” y aumentó casi un 20 % más.
Nunca se había visto dos aumentos de combustibles en un mismo día, pero estamos, como lo dije ayer, con los dolores de parto del nuevo modelo y los optimistas dicen “ya van a ver”, mientras que los pesimistas ya anuncian, antes que asuma, el descrédito del gobierno de derecha.
Los supermercados fueron visitados por centenares de clientes necesitados de cubrir las necesidades de alimentos de los próximos días porque el virus inflacionario es más contagioso que el Covid 19 y todos gastan de apuro los pesitos que tenían porque entienden que mañana lunes no valdrán lo mismo.
Se arriesgan cifras del aumento, unos dicen un 20 %, otros un 30 %. El tema es que si estábamos en el piso, la inflación dejará a la clase media en la pobreza y a los pobres en la indigencia aunque no hay que desesperar, esperábamos la llegada del Salvador como Mesías que guiará al pueblo argentino y lo elegimos, este es el gobierno del elegido y hay que darle crédito y no desesperar.
Por otro lado el barco ya venía averiado y se mantenía a flote mediante el achique del agua para no irnos a pique, era necesario cambiar de capitán porque el que teníamos había agarrado el síndrome “De la Rua” y no le hacía caso ni su perro.
Fue lamentable, la desilusión de un gobierno que prometía hace cuatro años pero AF se encerró en luchas internas que no solo perjudicaron su gestión sino al pueblo argentino, convidado de piedra de las intrigas de la Quinta de Olivos y la Casa Rosada.
Nos fuimos al carajo y no tuvimos oportunidad de hacer nada si nuestros “representantes” no activaron el freno de mano para parar la nadacracia, el fino arte de hacer la nada con una sonrisa campechana.
Cambiamos los argentinos, la frase “que se vayan todos” por la más agradable de “que venga el mejor” y “el mejor”, para los votantes, resultó ser alguien dispuesto a patear el tablero, con frases combativas que se han morigerado tras la elección.
La “luna de miel” del presidente inicia este mediodía y durará el tiempo que el decida cumplir el mandato que le dieron los argentinos, mientras grite, atropelle y pelee, tiene ventaja de lo novedoso y el imaginario popular se emociona ante los ataques de ira y la irreverencia, quiere piñas y tiene ganas de aplaudir como si fuera un campeonato mundial.
“Peluca” necesita hacer algunos goles y es arquero. Si se mete a atajar penales estamos fritos. Necesitamos un buen delantero, con piernas fuertes y ganas de perforar el arco y los argentinos estamos atentos como nunca a aplaudir goles y no a llorar que nos lo meten a nosotros, estamos cansados de perder y de mediocres que la juegan de grandes estadistas.