EDITORIAL

Un plan definitivo para las inundaciones

Los océanos seguirán calentándose y se volverán más ácidos. Los glaciares de montaña y polares continuarán derritiéndose durante décadas o siglos.

Ya sean olas de calor como las experimentadas recientemente en Grecia y el oeste de América del Norte, o inundaciones como las de Alemania y China, “su atribución a la influencia humana se ha fortalecido” durante la última década.

“Las consecuencias seguirán empeorando con cada calentamiento”, dicen los expertos, quienes agregan que “para muchas de estas consecuencias, no hay vuelta atrás”.

El problema de las inundaciones en nuestra región se volverá crónico en los próximos años por el cambio climático y las consecuencias que trae en lluvias intensas en cortos periodos de tiempo que aumentan el caudal de ríos.

De tal manera que la situación descripta sería asimilable a la de un bote navegando con una avería en su casco, hay dos cosas que podemos hacer en la emergencia: tratar de tapar la avería y achicar el agua que ingresa a la embarcación, tirando el agua al río, estas maniobras son desesperadas y en la emergencia y es lo que hacemos cada tanto cuando se nos inunda Concordia o Salto, evacuamos a los desplazados, les tratamos de armar un albergue provisorio y los protegemos del frío, hambre y recorremos con equipos de salud para ocuparnos de que estén bien atendidos, se retira el río y se vuelve a los hogares a reconstruir lo destruido y a limpiar las viviendas del barro estacando.

Como pasaba “a cada tanto”, superada la emergencia, los ribereños vuelven a sus viviendas pero, de ahora en más, estarán sometidos a una inundación cada vez menos espaciada en el tiempo.

Si tomáramos el toro por las astas, deberíamos verificar si es factible construir la defensa central de inundaciones o si es más barato trasladar a los cerca de 2.000 pobladores a unas 500 viviendas ubicadas en zonas altas, declarando de utilidad pública toda construcción bajo la cota 14., demoler esas viviendas y utilizar el sector como zona turística parquizada, aledaña a la zona de costanera, para la instalación provisoria de cantinas, pabs, juegos infantiles y pistas de cualquier deporte que necesita espacio.

Una vivienda cuesta alrededor de 50 mil dólares con todos sus servicios, por lo que 500 casas, deberían costar la mitad de lo que sale construir el aeropuerto de Concordia, estimado en 50 millones de dólares. La defensa central debería costar alrededor de los 35 millones de dólares, 10 millones más que bien podrían ser financiados por organismos internacionales que disponen de dinero para eventos de este tipo.

Lo que no podemos hacer es dejar todo como está para seguir a cada tanto lamentándonos que tenemos el agua encima nuestro y ver como sufre nuestra gente, se requiere de una solución definitiva.

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