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10° Congreso Nacional de Cítricos: En busca de soluciones para fortalecer la producción de cítricos en la región

Del 6 al 9 de junio se está llevando a cabo el 10° Congreso Nacional de Cítricos en el Centro de Convenciones de Concordia. Este evento de importancia para la citricultura tiene como objetivo principal poner en valor esta industria y fomentar el intercambio de conocimientos y el debate sobre el tema.

El congreso contó con la participación de disertantes destacados tanto a nivel nacional como internacional, provenientes de la producción e industria citrícola. Su experiencia y conocimientos contribuirán al desarrollo de la citricultura en todas sus dimensiones, ya que el evento está dirigido a productores, profesionales, investigadores y estudiantes vinculados al sector.

El evento es organizado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA – EEA Concordia), la Facultad de Ciencias de la Alimentación de la Universidad Nacional de Entre Ríos (FCAL – UNER), la Asociación de Ingenieros Agrónomos del Nordeste de Entre Ríos (AIANER), la Universidad Tecnológica Nacional – Facultad Regional Concordia (UTN-CON) y el Círculo de Profesionales de la Agronomía del departamento Federación (CIPAF).

El temario del congreso cubre toda la producción citrícola, desde el mejoramiento genético y la protección vegetal, hasta la economía, la extensión y la industrialización, por eso se decidió contar con expertos locales, nacionales e internacionales que puedan abordar estos temas desde diferentes perspectivas.

El Congreso Argentino de Citricultura es una oportunidad única para la industria citrícola, donde se promueve el intercambio de conocimientos, la innovación y la sustentabilidad. Se espera que el evento sea un éxito y contribuya al desarrollo de esta importante actividad agrícola.

“Cítricos dulces en el mercado local: el desafío de mejorar la venta en un contexto complicado” de la Ingeniera Agrónoma Betina Ernst.

Lo cierto es que en nuestra región la naranja y la mandarina no son una de las frutas más consumidas, algo lamentable para la zona ya que es una de las cosas que más producimos, y es lo que debería destacarse, pero ¿por qué no consumimos lo propio, lo local?

Según los productores, esto se debe a que la mandarina fue durante mucho tiempo considerada “fruta de pobres”, y por ello la gente evitaba comerlas en público, algo que de a poco ha ido cambiando.

La mandarina y la naranja es una fruta económica, saludable y práctica, sin embargo a los elaboradores no se les está haciendo rentable la venta de las mismas. ¿Cuál es el problema?

Al ser tan económicas no deja las ganancias necesarias para solventar sus gastos de producción; en los años de producción normal (2019, 2020, 2021) los precios eran demasiado bajos para ser rentables.

El año pasado, 2022, para equiparar el dinero perdido en los años anteriores, y con la naranja y mandarina un poco mejor posicionada en el mercado, se decidió subir un poco más los precios y quedó clara evidencia que los consumidores están dispuestos a aceptar pagar precios algo mayores por estas frutas; pero de todas maneras se hizo imposible poder fijar un precio que vuelva la producción totalmente rentable.

¿Soluciones para el futuro próximo? Según Betina Ernst, la ingeniera agrónoma, debería aplicarse lo que se hace en otros países, hay personas que no compran las mandarinas o naranjas por la cantidad de semillas que tienen, ya que resultaría peligroso tanto para niños como para gente grande, una alternativa que debería lograrse es generar mandarinas sin semillas, las cuales podrían comercializarse a un costo mayor que las que sí las posean.

También la falta de conocimiento en la población, quienes no son capaces de diferenciar una variedad de mandarina de otras, es una problemática que afecta al consumidor a la hora de comprar mandarinas dulces o naranjas más jugosas, las cuales termina identificando lo que ha comprado recién cuando llega a su casa.

La solución planteada sería la aplicación de envases, ya que brindan información del producto, y diferenciarían una variedad de naranjas y mandarinas de otras; lo negativo con esto es aumentar los desechos y los envoltorios, pero habría que poner en balanza que es lo que le conviene más a la región y quizá así llegar hasta un envase ecológico, que sirva para vender mejor esta fruta como producto, minimizando lo máximo posible la contaminación generada.

Lo que se tiene que buscar ahora en más es acercar al consumidor al campo, a la producción, ya que según Ernst “no se ama y defiende lo que no se conoce”; deberíamos aprender a diferenciar entre naranjas y mandarinas tempranas y tardías, okitsu, satsumas, criollas, de ombligo y demás.

También seguir potenciando a Concordia y la región citrícola, de manera turística donde los cítricos sean su eje central, llegar a lograr que se asocien los cítricos dulces con Entre Ríos, que no solo se hablen de las plantaciones cuando hay sequías o pasa algo malo, sino destacar la importancia que tienen, lo cual podría agregarle gran valor a esta fruta local; y para todo esto el apoyo de las autoridades de gobierno se hace fundamental.

La colaboración entre diversas instituciones y organizaciones que estuvieron involucradas en el 10° Congreso de la Citricultura demuestra el compromiso de toda la comunidad citrícola en impulsar la producción y la calidad de los cítricos argentinos. Con un programa integral y una amplia variedad de temas, se espera que este congreso sea un éxito en la promoción y el avance de la citricultura en Argentina.

 

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