CONCORDIALAMENTABLE

Adiós a Pedro Salinas, el alma del Centro de Convenciones de Concordia.

 

El Centro de Convenciones de Concordia ha perdido a uno de sus pilares más queridos y respetados:

 

Pedro Salinas, conocido por su dedicación, cordialidad y una incansable disposición para ayudar a todos quienes lo rodeaban. Salinas no era simplemente un trabajador más; era el corazón y el alma de cada evento que se realizaba en el CCC.

Pedro, un hombre sencillo y siempre dispuesto a colaborar, se encargaba de todo, desde ordenar las sillas y limpiar las alfombras, hasta cuidar los jardines del centro. Su compromiso con su trabajo era inquebrantable, al punto de no tener hora de salida; siempre estaba allí cuando se lo necesitaba, sin importar la tarea.

 

A pesar de no ser la cara visible en los eventos, Pedro era el motor silencioso que hacía que todo funcionara a la perfección. Su presencia se sentía en cada detalle bien cuidado y en la atmósfera cálida que lograba crear con su simple pero efectiva manera de ser. Adoptó incluso a Gringa, una perrita que encontró su hogar en el CCC, reflejando su amor y preocupación por todo lo que lo rodeaba.

 

Conocido por responder siempre con una sonrisa o un chiste, Pedro Salinas se ganó el respeto y el cariño de todos. Sus historias del campo eran ya una tradición, compartidas con quienes tuvieran la suerte de cruzarse con él durante su jornada laboral.

 

Para todos los que tuvieron el privilegio de conocerlo, Pedro deja una huella imborrable. Se va un hombre de bien, que hizo de su labor un acto de amor y dedicación, y que supo ganarse el afecto de todos por su amabilidad y sencillez. El Centro de Convenciones de Concordia no será el mismo sin él, pero su legado permanecerá en cada rincón que cuidó con esmero.

 

A modo de despedida el cortejo fúnebre pasara por el Centro de Convenciones entre 9y45 y las 10 de la mañana de este viernes.

 

Por Exequiel Bond, para 7Paginas

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