«Es preocupante leer en redes sociales expresiones discriminatorias, xenófabas, racistas, sobre todo cuando provienen de educadores. La libertad de expresión es un derecho inalienable, pero la sociedad espera que las personas formadas para enseñar, independientemente del partido político o de formar parte de la mayoría o minoria, transmitan ideas y valores basados en el reconocimiento del otro, el intercambio de opiniones, la crítica constructiva, el respeto de los principios democráticos…

Como educadores debemos empoderar a los niños y jóvenes en el ejercicio de sus derechos, a convivir en una sociedad diversa, al respeto de las expresiones coincidentes o disidentes. En tiempos complejos donde la violencia física, ideológica y simbólica se ha introducido en la familia, las instituciones, en las calles, considero que debemos expresarnos con prudencia, responsabilidad y respeto, entendiendo que del otro lado de la pantalla existe un sujeto que piensa, siente y reacciona.

Es necesario reflexionar sobre el valor de las palabras y su significado, entendiendo que la libertad de expresión no significa libertad para ofender, agraviar o agredir».

El Sol.