El boom de las constelaciones: sanar el pasado para construir el futuro
Las constelaciones familiares son una herramienta creada por el psicoterapeuta, pedagogo Bert Hellinger. Tiene por objetivo abordar la resolución de conflictos, aumentar el autoconocimiento y favorecer el cambio personal.
“Hace 13 años desde el inicio de esta formación, con esta herramienta. Para mí es poder traducir en imágenes las ‘Lealtades de Amor’ invisibles que traemos en nuestra Alma Familiar, nuestro clan biológico. Somos traductores de imágenes que se abren en los campos de información y energía. Esta es una herramienta de respeto y cuidado superlativo”, explica la consteladora certificada, Malu Mangiante.
Además, permite sanar y ordenar la información de los vínculos en cualquier área, familiares, de pareja, comerciales, laborales, etc. De esta forma, toma la información inconsciente, heredada del sistema familiar, para poder liberarla y tratar dolores y traumas que quedaron sin resolver.
“Ordena la información de nuestros antepasados, somos esa información viva. La traemos de antes. Constelar nos permite ver cuál es nuestro lugar frente al clan biológico, y tomar conciencia de los traumas heridos de nuestros niños”, agrega Mangiante.
Muchas veces, las personas repiten por “lealtades invisibles” las memorias de las generaciones anteriores o situaciones que tomamos del “alma familiar”. Las constelaciones, en esos casos, ayudan a identificar estos patrones de comportamiento para, con el tiempo, detenerlas y solucionarlas.
“Cuando estás ahí te quedas sorprendido al ver a otras personas constelarse. Ni hablar cuando te toca constelar a un familiar, son un montón de emociones y energías que te atraviesan. Son vivencias que te permiten entender cosas que de manera lógica no hubieses podido. Entender por qué nuestros padres o madres actuaban de la manera en que lo hacían”, agrega Mara Andreoli, una persona que participó de un taller.
Para muchos, el boom de las constelaciones empezó a darse a raíz de la popularización de la serie turca de Netflix, “Mi otra yo”.
Al respecto, la especialista comenta, “La serie nos ayudó mucho, pero paralelamente también se venía dando un cambio lento y dinámico. El boca a boca de gente que participaba de los talleres también ayudó a difundir la herramienta. Se vocea el cambio y se genera una cadena superinteresante”.
Las constelaciones pueden hacerse de dos maneras: en grupo o de manera individual. Las constelaciones grupales suelen hacerse con 15 o 20 personas, o con el número de individuos que cada constelador considere. Porque, según cuenta Mangiante, para observar determinada “información ancestral”, se necesita un número determinado de personas. Por el contrario, con grupos más grandes, de entre 40 y 50 personas, “no se labura lo mismo, se pierde la energía”.
Los talleres grupales suelen durar cuatro horas, o más. “Suelo organizarlos los días domingos, porque es cuando la gente más tiempo tiene disponible. Además, realizamos un intermedio y previamente, dependiendo cada taller, realizamos distintos ejercicios como centraciones, meditaciones, ejercicios sistémicos, para luego iniciar con el proceso”, aclara la consteladora.
Por otro lado, las constelaciones individuales o “procesos circulares” duran una hora y media y analizan el alma de la persona en su niñez y adultez, o también, ver la información con algún ancestro.
Formación
Para Mangiante es necesario contar, como mínimo, con 3 años de experiencia constelando y bajo supervisión, “es buscar, rendir y no parar. Tenés supervisiones, uno tiene que constelar en sí mismo y rendir una constelación final. No cualquier puede constelar porque tenemos que ser muy cuidadoso con decir las cosas que vemos durante los talleres”.
Herramientas sistémicas y medicina
Actualmente, muchas de estas herramientas (constelaciones y biodecodificaciones), se combinan con la medicina tradicional para poder entender las diferentes patologías desde otras perspectivas. Dado que, muchas veces, los diagnósticos tradicionales no funcionan o no encuentran una solución.
“Ayuda un montón, hermanarse e ir con otra propuesta. También soy acompañante terapéutica y entiendo que muchas veces con muchos casos ocurren bloqueos desde la mente y el cuerpo”, y agrega Mangiante, “ayuda en otros casos a aceptar la patología, entender cuál es su origen y de cierta forma ‘rendirse’ para ver desde otro lado y analizar qué es lo que tengo que cambiar”.
Estas herramientas, además de que ayudan a abrir y “desenredar” información, permiten modificarla y ayudar a las “generaciones que vienen”.
“Es también una responsabilidad nuestra que debemos tener con los que vienen. Que nuestras madres y abuelas tomen este tipo de herramientas para permitirles a los próximos niños, sembrar en un campo nuevo”, concluye Malu Mangiante.