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La transformación en las ceremonias fúnebres, también llegó a Concordia

Los velatorios, este tradicional rito de despedida que solía extenderse durante horas, ahora se han vuelto más breves. Esta transformación en las ceremonias fúnebres, que se está dando en diversas partes del mundo, también llegó a Concordia, y esto se debe a una serie de factores ligados a la crisis sanitaria que ha remodelado incluso las costumbres más arraigadas en nuestra sociedad.

«Antes de la pandemia había velatorios largos, por ejemplo falleció hoy una persona a las cinco y media de la tarde y la familia empezaba el velatorio dentro de las dos horas y hasta mañana al mediodía lo estaban velando o incluso pedían hasta mañana de tarde, velatorios de 12, 14 hasta 18 horas; con la llegada de la pandemia al principio fue bastante duro y triste que no se pudieron hacer los velatorios y en la mayoría de los casos la familia no pudo despedirse de los seres queridos; después con el paso del tiempo y cuando la pandemia fue dejando de ser tan estricta, hizo que la gente pensara en un velatorio con horarios programados, realizarlos de cierta manera que no interfiera mucho en el diario de la gente, pasaron de 18 – 14 horas a 4 – 8 horas y todo programado, de tal a tal hora», explicaba Marcelo Belingeri, de Trimor Sepelios.

Desde nuestro medio, nos comunicamos con él, para conocer los motivos detrás de esta marcada reducción de tiempo y cómo este cambio ha impactado en la manera en que nos despedimos de nuestros seres queridos.

«En el caso de que un familiar esté fuera de la ciudad, lo que se hace primero es ver que clase de parentesco tiene con la persona fallecida, si es el hijo, el hermano, el padre, en ese caso se esperaría, hasta que el familiar llegue, hoy hay métodos para poder preservar el cuerpo para mantenerlo 2 o 3 días sin ningún inconveniente».

«Si bien, lo usual en nuestros días es que ahora los velatorios duren solo un par de horas (de 4 a 8 horas aproximadamente), no hay una regulación exacta que diga que al familiar hay que velarlo tantas horas mínima o máximamente, eso no hay, no existe, pero tradicionalmente siempre fue de un día para el otro, con la llegada de la pandemia si se hicieron más programados, pero no hay un tiempo estipulado por algún ente o algo de eso».

Sobre los protocolos llevados a cabo en pandemia Belingeri dijo «al principio de la pandemia el protocolo fue muy estricto con el cuidado del personal, el cuidado de la gente de la empresa, y más que nada con el contacto con los familiares, pero después de la pandemia poco a poco se fue normalizando el tema del velatorio. Hoy en día, el estar cerca del familiar fallecido sí se puede, no hemos tenido otros casos, hace más de 5-6 meses que llevamos nosotros la última persona con COVID positivo, el cuidado quedó, si bien no usamos todo el equipo de protocolo, si tenemos otro protocolo que no es tan estricto como en los casos de COVID. Más que nada lo que quedó fue la sensibilidad de los cuidados que teníamos en los casos de COVID, pero si no existe ningún tipo de problema de contagio por medio del tacto con el fallecido, como por ejemplo hay otras enfermedades que son infectocontagiosas, los médicos nos hacen saber mediante el certificado de defunción; pero si esto no ocurre, no se toman medidas especiales con el fallecido, sino las que siempre usábamos anterior a la pandemia», detalló.

Las medidas de siempre en estos procesos velatorios, según nos comentó Belingeri, son las siguientes: «Primeramente fallece la persona, la familia elige una casa de sepelios, y contrata el servicio. Luego realiza los trámites para que la empresa vaya a retirar el cuerpo, una vez que se contrata el servicio de sepelios, según la costumbre de cada familia y según la ideología que tenga, ya sea católica, adventista, cristiana, judía, etc, dependiendo la religión que crea, la familia le transmite esto a quien lo va a asesorar del servicio de sepelios; finaliza la contratación del servicio y ahí la empresa inicia los labores de ir a buscar el cuerpo».

Una vez iniciado este proceso «la familia trae una vestimenta para vestir al familiar fallecido, entonces la empresa lo prepara y lo ubica dentro del ataúd, luego lo traslada a la sala velatoria; después del velatorio se lleva la persona al cementerio, al nicho, o a cremación, y luego la empresa va y inscribe en el registro civil, el fallecimiento de la persona», concluyó.

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