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La mamá dijo que la nena que fue atacada por un perro “quedó con mucho miedo”

Maira Martínez es la madre de la nena y relató en primera persona lo que le tocó vivir. “Nosotros estábamos en la costa del río y en ese momento llega este muchacho, con un dogo grande, que no tenía bozal y con una correa muy larga”, dijo.
Como se informara oportunamente, el hecho ocurrió en la zona costera de Benito Legerén, el pasado jueves. Esta vez, una nena de 7 años fue la damnificada. Fue atacada por un perro de grandes dimensiones; a orillas del río Uruguay y cuando disfrutaba de un paseo en familia.
Relato

En declaraciones radiales, su mamá Maira Martínez, relató en primera persona lo que le tocó vivir. “Nosotros estábamos en la costa del río y en ese momento llega este muchacho, con un dogo grande, que no tenía bozal y con una correa muy larga”, dijo la mujer.

En ese contexto “al largarle mucho la piola, el perro alcanza a atacar a mi nena”, por lo que – “yo que la estaba viendo, me levanto y reacciono, dándole una piña al animal”. Fue allí – añadió – que “el perro me mira mal y – de reojo – alcanzo a ver cómo mi hermana saca a mi nena del lugar y se la lleva”.

Reacción

Consultada sobre qué determinación tomó el propietario del animal, Maira dijo que “ni siquiera lo cinchaba” y que “quedó como paralizado por la situación”.

“Le dijimos de todo porque había tres criaturas”, agregó la mujer. Subrayando que “yo le manifesté que iba a llamar a la policía y fue ahí que me dice que no lo haga; preguntándome cuanto dinero quería para arreglar y que no metamos a la policía”.

Tras este episodio, la mamá de la menor hizo la denuncia en sede policial. Aunque – curiosamente – afirmó que los efectivos de la comisaría de Benito Legerén “no me la querían tomar a la denuncia hasta que llamaron a la Jefatura y ahí sí la hicieron”.

Secuelas

Maira contó que – milagrosamente – su hija no presentó lesiones de gravedad. “El médico policial la revisó y ahora vamos a ver qué hace la justicia”, puntualizó. De todas maneras, aclaró que la menor presentó rasguños y heridas superficiales, aunque “el perro apuntó a su cuello”.

“Eso sí, quedó llorando, muy nerviosa; hasta el día de hoy no quiere ni cruzarse con ningún perro porque se esconde, me busca a mí y quedó con mucho miedo”, remató.

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