El Pacto de la Concordia
La decisión del intendente Francisco Azcué, de celebrar el Pacto de la Concordia es certera, tal vez impensada en tiempos violentos donde asistimos sorprendidos por el nivel de agresión utilizado desde la cima del poder político de la república hacia abajo.
Que el presidente de la Nación diga que los senadores son mierdas provoca rechazo por no respetar la investidura de congresistas que han sido elegidos por la voluntad popular para ocupar esos cargos. Javier Milei pretende ser judío y la Torá, que proviene de la raíz hebrea “yarah”, significa “enseñar” o “instruir”. Algunos hay dicho que el presidente pretendería adoptar esta religión e incluso, creen que podría ser catalogado como un nuevo “Mesías”, que -como se sabe- es el salvador de un grupo de personas, como un soberano, descendiente de David, prometido por los profetas al pueblo hebreo. Tenemos un profundo respeto y admiración por los judíos, de hecho, epopeyas épicas de la historia entrerriana han sido protagonizadas por los “gauchos judíos” que quedaron reflejados en las páginas de Alberto Gerchunoff y en la película de Juan José Jusid, que con actores como Alberto Laplace, Pepe Soriano, Dora Baret, China Zorrilla y Osvaldo Terranova fue un suceso cinematográfico.
El pueblo argentino es un crisol de razas, donde los judíos forman parte indisoluble del ser argentino, pero no todos los argentinos somos judíos, ni quienes profesan esa religión comparten los descalificantes berrinches del aspirante a judío.
Lo contrario, es paz y Concordia. En una situación de profunda crisis, lo único que nos puede sacar adelante es consensuar y la propuesta del intendente es convocar a todos los partidos políticos, las organizaciones sociales y los diversos sectores de las fuerzas vivas, para establecer los puntos esenciales para sacar a Concordia de la pobreza y el estancamiento.
Aceptada ya por los principales actores del devenir político, tiene asegurado el plafón necesario para instrumentar el Pacto de la Concordia, el norte que la comunidad y los concordienses necesitamos para visualizar el camino que nos lleve al destino que merecemos.
Esto no será fácil, aunque nadie puede negarse, toda acción genera reacción y hay navegantes del barco que pretenderán remar en sentido contrario pero son tan pocos que se cuentan con los dedos de una mano y fueron advertidos por el intendente, el que pretenda boicotear el acuerdo y el futuro de la Concordia, será excluido del barco. Todos remando para el mismo lado es la única forma de llegar a buen puerto y todos se van sumando a la buena nueva.