River dejó atrás este miércoles ante Patronato su traspié en el debut de la Copa Liga Profesional: lo goleó por 4-1 en una noche épica de Julián Álvarez, autor de tres goles, y recuperó terreno en la Zona 1 del torneo.

En el primer tiempo, una jugada fortuita cuando aún nadie había mostrado las garras pareció hacer temblar los cimientos del Millonario, con el antecedente fresco de la caída en Santa Fe. A los cinco minutos, Gabriel Gudiño logró escapar por izquierda y enviar un centro que se desvió en Paulo Díaz y se le coló por atrás a Franco Armani.

Pero a partir de entonces, sin caer en la desesperación, los de Marcelo Gallardo fueron creciendo. Al rato, un cabezazo de pique de Esequiel Barco complicó a Matías Mansilla, y a los 20 minutos llegó la igualdad.

David Martínez, en la mitad de campo por izquierda, divisó a Marcelo Herrera en ataque por derecha, cambió de frente con un pelotazo y el lateral -¿partió adelantado?- tocó al área de primera para que controlara Julián Álvarez antes de batir al arquero de arremetida. Y a los 30, Enzo Fernández habilitó a la derecha a Julián para que sacara un tremendo sablazo al primer palo que dio vuelta la historia.

El complemento arrancó con otro aviso de Gudiño que tapó Armani tras una falla de Enzo Pérez, pero a los cinco aumentó el local cuando Tomás Pochettino habilitó de puntín a Julián y éste definió cruzado y bajo desde la derecha. La joya fue por el cuarto pero por una vez lo frustró Mansilla, y lo que siguió adornó el desarrollo: Juanfer Quintero entró por primera vez desde su vuelta en el Monumental en un partido oficial (había jugado el amistoso con Vélez) y al rato inventó un penal de Mansilla que compró el árbitro Pablo Dóvalo. Así, a los 33 y con un remate cruzado a la izquierda del guardameta, el colombiano también volvió al gol.

Entonces sí, todo fue fiesta en el Monumental, más allá de algunas lagunas de las que deberá tomar nota el Muñeco. River está de vuelta y, ganando, su funcionamiento podrá aceitarse sin sobresaltos.